domingo, 28 de abril de 2013

Las Cabezadas: una tradición casi milenaria



Cuentan las crónicas que el año de 1158 hubo una sequía muy grande en León y los agricultores estaban hartos de que no lloviera. Muchas plegarias habían lanzado a sus santos los leoneses sin que surtieran efecto alguno, por lo que se decidió sacar las reliquias de San Isidoro en procesión, llevándolas hasta el Monte de San Isidro. Una vez allí, la insistencia de los devotos leoneses dio sus frutos, cubriéndose el cielo de nubes y arrancando a llover "sobre los campos de León y su alfoz" (según Lucas de Tuy).


Satisfechos con el milagro, los integrantes de la comitiva decidieron devolver los huesos del santo a su Basílica, pero NO FUE POSIBLE. Parecía que hubiesen echado raíces en el monte. Ni los más fuertes de los asistentes fueron capaces de arrancarlas de allí. Llegó la noticia hasta el Rey Fernando II, que se encontraba en Benavente y decidió volver a sus dominios. Su tía Doña Sancha, también de viaje, gran devota de San Isidoro, también volvió a León.



Nadie daba con la solución al traslado de los restos del Santo, hasta que alguien pensó en la inocencia infantil y decidieron que varios niños y niñas, no mayores de seis años, se acercasen y lo intentasen, obrándose de nuevo el milagro, consiguiéndolo sin esfuerzo aparente y así, portando las reliquias, encabezaron la procesión de vuelta a la Basílica.

Los palcos del Claustro
Esto, como es lógico, se interpretó como señal divina, por lo que el Rey hizo un juramento, con el voto y promesa de la ciudad de León de no volver a sacar las reliquias de San Isidoro fuera de su templo y desde entonces, en nombre de todos los leoneses, hacer una ofrenda al Santo, consistente en un cirio de una arroba y dos hachones de cera.

Los dos hachones de cera
Esta tradición se mantiene, y hoy se celebra el último domingo del mes de abril, rodeándose de cierta ceremonia, en la que los representantes del Ayuntamiento insisten en que se hace de forma voluntaria, como una OFRENDA, mientras que los representantes del Cabildo propugnan que es una obligación o FORO de los leoneses.



En la representación que tiene lugar en el Claustro de San Isidoro, el Cabildo acepta el presente del pueblo de León, pero siempre insistiendo en su carácter obligatorio.

El Abad y el Alcalde
Ambos representantes, un canónigo por parte de la Iglesia y un Concejal por parte del Ayuntamiento, entablan todos los años, después de introducir a todos los asistentes en la historia de la celebración, una batalla dialéctica, siempre en tono festivo y jocoso, cada cual esgrimiendo sus razones. Y como es tradición, la cosa siempre queda en empate y aplazada para el año siguiente.

  Sale la comitiva del antiguo Ayuntamiento

El nombre de "Cabezadas" viene dado por las tres reverencias con las que se despiden los representantes municipales de los canónigos de la Basílica.

 Detalle del traje de gala de los Bomberos de León

Los representantes municipales salen desde la antigua sede del Ayuntamiento en la Plaza de San Marcelo en una comitiva escoltada por los maceros y por los bomberos en traje de gala con los sables desplegados. Hacen la primera parada para entregar dos hachas de cera al párroco de la iglesia de San Marcelo, para continuar la procesión hasta la plaza de San Isidoro.

Parada para entregar al párroco de San Marcelo las hachas de cera

  

 Allí son recibidos por el resto de representantes civiles (Subdelegado del Gobierno, presidenta de la Diputación, Junta de Castilla y León), militares (representantes de los tres ejércitos, policía y Guardia Civil), académicos (el Rector de la Universidad), judiciales (el Juez Decano de León) y posteriormente aparecen los representantes de la Iglesia, con el Abad y los canónigos de la Colegiata (este año, además, con la presencia del obispo de León) y los cofrades del Milagroso Pendón.

  Llegada de la comitiva a la plaza de San Isidoro y saludo a las autoridades

Representación municipal


La Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro


Recepción del Cabildo, con el Sr. Obispo y el Sr. Abad

Este año 2013, la representante del Ayuntamiento en la "guerra dialéctica" ha sido la concejala de Comercio, Sanidad y Consumo Dª María José Álvarez Casais mientras que el Cabildo ha sido representado por el Sr.  Abad de la Colegiata, D. Francisco Rodríguez Llamazares.




El Sr. Abad, D. Francisco Rodríguez Llamazares

La Sra. Síndico, Dª María José Álvarez Casais
La introducción histórica corrió a cargo de la síndico, recordando que este año se conmemoraba el 950 aniversario del traslado de los restos de San Isidoro a León, pasando a continuación a exponer sus razones para intentar convencer al Cabildo de que es un acto voluntario del pueblo leonés, mientras que el señor Abad hacía lo propio para intentar convencer al Ayuntamiento de que es una obligación.

Entrada al Claustro de todos los representantes

Los representantes municipales a un lado

Y enfrente, los Sres. Canónigos de la Colegiata
Representando a la ciudad de León, y debido a lo extraordinario del aniversario, además de las autoridades militares, civiles, judiciales y académicas, también estuvo presente la Presidenta de la Diputación, y por parte del Cabildo, además de sus canónigos, el Sr. Obispo de León, D. Julián López, además de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro (también conocido como Pendón de Baeza).




Las autoridades militares y civiles, en medio



El Sr. Alcalde, D. Emilio Gutiérrez



Como todos los años, la expectación del público ante las habilidades dialécticas de ambos contendientes se vio satisfecha, quedando de nuevo la disputa en tablas y aplazada al año siguiente.





El milagroso pendón y el Sr. Abad
La síndico aprovechó la circunstancia de que el Sr. Abad D. Francisco es un reconocido seguidor "culé" del Barça para regalarle un despertador del Real Madrid, siempre en tono festivo"para que recuerde que el pueblo de León hace la ofrenda libre y voluntariamente", instando a la "cabezonería" del cabildo y recordando que en años anteriores se mentó una barrica de vino ("el más antiguo del mundo", que guardan en la Basílica)... para si "apareciese" utilizase la jarra, segundo presente de la Síndico este año, para dar la prueba a los leoneses de esa afirmación.


Entrega del "Despertador"

Entrega de la Jarra
 Al finalizar la diatriba, el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, entregó el cirio de una arroba "bien cumplida" y las dos hachas de cera, pasando a la celebración de la tradicional misa y, al finalizar la ceremonia, la tradicional despedida con las "Cabezadas".

¿Ofrenda o Foro?
Una vez entregado el Cirio, todos los representantes civiles y militares, acompañados por los miembros de la Cofradía del Pendón y el público que desee asistir, pasan al interior de la Basílica para asistir a la tradicional celebración de la Santa Misa en conmemoración de tan señalada fiesta.



Santa Misa


Los representantes del Ayuntamiento se despiden de los del Cabildo con las tradicionales CABEZADAS, repitiéndose hasta tres veces la reverencia o inclinación de cabeza, a distancias marcadas dentro de la plaza de San Isidoro.


LAS CABEZADAS
A lo que los representantes de la Iglesia responden con su despedida tradicional (SIN cabezadas, un simple "hasta el año que viene" es suficiente).

Despedida del Cabildo

Retirada de la Corporación Municipal

El Milagroso Pendón de San Isidoro



Retirada del Cabildo
Y eso es todo. De modo que ya sabéis, si os acercáis por León el último domingo del mes de abril, tendréis la oportunidad de presenciar esta curiosa tradición festiva leonesa... Espero que os haya gustado el reportaje. Si os han quedado ganas, aquí tenéis una pequeña entrevista al Sr. Abad.

Salud.